viernes, 1 de abril de 2011

Vamos Todos Presos.

Perseguir a alguien en la calle. Presentarse a su casa sin avisar. Investigar todos sus movimientos. Contratar a un detective para que siga a la persona que te interesa. Verla sin que te vea. Comportamientos que están mal vistos no sólo por la sociedad sino por la ley. Alguien que hace eso, que está obsesionado de esa forma, se considera una persona enferma y probablemente acabe en la cárcel o con una restricción de distancia impuesta por la ley.

Las redes sociales nos han permitido tener ese comportamiento sin que realmente esté considerado una enfermedad, o por lo menos no una que ya esté aprobada por la asociación de psiquiatría, y nadie se va a ir a la cárcel por ver una y otra vez el perfil de Facebook de una persona.

TODOS, en algún momento o en otro, hemos utilizado alguna red social para averiguar acerca de la vida de otras personas. La diferencia es que cada persona pone la información que quiere mostrar, es una especie de permiso de invasión de privacidad no privada.
Cuando estás en una relación tu peor enemigo son las redes sociales, y cuando estás fuera de una relación también. Hay un sin número de historias de parejas que se pelean, cortan, se divorcian, por lo que ven en Facebook, por lo que dijo alguien más, por la foto, por el mensaje, por el twitt.

¿Qué es lo que nos impulsa a haber cortado con alguien y días, horas o meses después, meternos a su Facebook o a cualquier otro lugar donde sabemos que tiene información, y ver todo lo que está haciendo? ¿Cómo es su novio ahora? ¿Qué hizo ayer? ¿Está saliendo con alguien? ¿Ya me olvidó?
El problema es que cualquier cosa que veas y leas lo vas a malinterpretar porque tu cerebro y tu corazón no están funcionando correctamente. Traicionan. No lees o ves con los ojos sino con el ego que está completamente dañado.

Las redes sociales han logrado sacar en todos el stalker que llevamos dentro.

Y luego todos nos preguntamos porqué no podemos superar a alguien. ¿Por qué? Porque no te dejas. Porque sabes que está allá afuera viviendo sin vos, superándote y tienes toda la información que lo comprueba y ahí es donde a todos tus demonios les gusta jugar. Malinterpretar cualquier cosa, imaginar lo peor, enojarte sin sentido.

Y lo mismo pasa dentro de una relación. El más mínimo celo se puede volver el problema más grande. "¿Quién es ese que te escribió en tu muro?" Es más, ni siquiera tiene que ser algo presente. Está ahí todo tu pasado, y se enterarán de él con 5 clicks. El problema es que no es culpa de nadie mas que de nosotros. De quien sube la información y de quien la ve.

Ya se perdió el misterio. Si quieres conocer a alguien que te quieren presentar, te metes a su Facebook, si lo tiene bloqueado lo buscas en Twitter, si no tiene ninguno de los dos las probabilidades de que conozcas a esa persona en PERSONA cada vez son menores.

Somos víctimas de nuestra propia libertad. La obsesión y los problemas creados por las redes sociales se han vuelto parte cotidiana de nuestra vida emocional.

No digo que hay que eliminarlas sino hay que tener consciente que ese no es el mejor medio para llevar una vida emocional. Que torturarnos viendo el pasado y presente de personas en nuestro pasado y presente, a lo único que lleva es a un futuro cuestionable y un presente doloroso.

Hay que saber frenar la obsesión y empezar a lidiar con la vida por fuera si queremos que el mundo emocional tenga alguna oportunidad de sobrevivir.



www.unmilagroparaagustin.com

Ayudemos a Agustin y sus dos hermanitos :), a que puedan ser felices como todos nosotros :) 
Twitter: @milagroparaagus



Nuestra Cancion-


Quiero invitarte a conocer, 
la vida que imaginé. 
Dónde no existe el dolor, 
y cabe un río de amor. 

Si me ayudás a aprender a mirar, 
yo te prometo enseñarte a soñar. 
Quisiera mostrarte el corazón que buscás; 
Vení conmigo. 

Quiero invitarte a respirar 
un aire de libertad. 
Vivamos esta ilusión 
toda la vida de a dos. 

Sé que hay un cuento para compartir, 
dónde se escribe una historia feliz. 
Quisiera mostrarte lo que quiero decir; 
Vení conmigo. 

Para vos, 
Este amor, 
Si me das un mundo mejor. 
Todos mis sueños te doy, 
Te doy. 
Para vos, 
Este amor, 
Y yo escribo en tu corazón, 
La letra de esta canción; 
Nuestra canción.~

Decisiones*


Éste mes es el mes en el que mucha gente aprovecha para sacar los disfraces del placard o los alquilan. Echan a volar su imaginación para convertirse en un sin número de íconos que sólo pueden ser una vez al año. El objetivo es asustar, pero la tradición se ha tornado en simplemente disfrazarse sin importar de qué.
No es casualidad que a mucha gente, en esta época del año, le encanta disfrazarse de algo que siempre quiso ser o de algo que admirateme o encuentra chistoso. No es casualidad que sea uno de los eventos más importantes y conocidos en el mundo, sin contar Navidad. Todos queremos, por lo menos una vez al año, ser alguien más.
Este tipo de disfraces creados y socialmente aceptados, se encapsulan en un solo día, pero hay otro tipo de disfraces que suceden todos los días y de los que pocos nos damos cuenta.
Salir al mundo, conocer gente, socializar, trabajar, vivir, es un trabajo complicado pero que vale la pena. Entre más vivimos convivimos, más nos entrenamos en cómo hacerlo; en qué mecanismos de defensa usar, qué clase de cara mostrar. Sin duda, estamos llenos de disfraces.
Basta con un primer golpe para querer cubrirse. Basta con un primer desencuentro para no querer mostrarse vulnerable. La única manera que conocemos de no lastimarnos es escondiéndonos, y qué mejor manera de esconderse que detrás de una máscara. Hay muchos tipos de máscaras, muchos tipos de disfraces. Algunos vienen en forma de mentira, otros en forma agresión, otros en forma de autodestrucción, de manipulación, de botella, en fin, no hay espacio para numerarlos todos. Todos los días decidimos si disfrazarnos o no. Si nos mostramos como somos o si ponemos la máscara de "estoy bien, no me pasa nada" cuando pasa todo. O si decidimos usar el disfraz de "claro que no te extraño, ni me acuerdo quién sos". Incluso hay disfraces completamente inconscientes que ni siquiera sabemos que tenemos puestos.
Todos los días podemos tomar la decisión de si ponernos la máscara, vestirnos con un disfraz o salir al mundo como somos. Sin esconder, sin agredir, sin mentir, sin lastimar. Porque al final, los disfraces se ensucian, están muy vistos, cansan, dan calor y ya nadie los quiere ver. Ya todos se aburren de la misma bruja de todos los años, o del mismo Batman de todas las fiestas.
También se aburrirán del/la misma mentiros@, del/la mism@ antisocial, del/la mism@ manipulador, del mismo disfraz que no deja mostrar quién sos verdaderamente.
Dejemos que esta tradición viva sólo una vez al año pero deshagámonos de los disfraces de todos los días.

Escúchame Una Vez·



Como podría ser yo feliz  
Si no te tengo a mi lado
Si ya eres parte de mí como quieres
Que ahora suelte tu mano
Si en cada paso que doy
Eres parte de todo lo que hago
Mi corazón no me deja engañarlo
Y cada vez que te alejas te extraño
De apoco voy entendiendo que nada
Era como yo creía
Nunca pensé enamorarme y ahora
Es la fuerza de mi vida
Habiendo tantos peces en el mar
Sirena hay solo una
Y es por eso en cada noche de luna
Estar sin ti es como una tortura
Por favor enséñame a vivir sin ti

Se que cuando tu no estas
Una parte de mi necesita  
Lo que tú me das
Y esta vez no lo voy a ocultar
En mi siempre estarás (escúchame una vez)  
Siempre estarás (tan solo una vez)   

Como te iba a querer lastimar
Y dañar algo sagrado  
Como seria capaz de arruinar  
Todo lo que hemos logrado   
Pero lo admito a veces me cuesta
Y estoy algo agotado (y estoy algo agotado)
Pero aunque quiera no puedo olvidarte
Porque una marca tu en mi dejaste

Se que cuando tu te vas
Todo pierde sentido
Y la vida no se ha donde va
Y al final siempre vuelves a mí
Como yo vuelvo a ti (por Algo debe ser)  
Como yo vuelvo a ti (contigo encontré la calma)  

Se que cuando tu no estas
Una parte de mi necesita  
Lo que tú me das
Y esta vez no lo voy a ocultar
En mi siempre estarás (escúchame una vez)  
Siempre estarás (tan solo una vez)  

Se que cuando tu te vas
Todo pierde sentido
Y la vida no se ha donde va
Y al final siempre vuelves a mí
Como yo vuelvo a ti (por Algo debe ser)  
Como yo vuelvo a ti (contigo encontré la calma)  

Baby#

Podes elegir sobrevivir en un rincón, quieto, en silencio, viendo todo pasar, huyendo de los miedos, aceptando tu existencia tal y como la desean los demas, dejandose manipular por aquellos que creen manejar el mundo... o estar dispuesto a vivir, salir ahi fuera sin importarte cuantas derrotas vas a tener que superar, cuantos momentos en los que tus fuerzas disminuiran... pero jamas perder el aliento para seguir luchando por lo que te pertenece, tu vida, algo que tan solo vos moldees, algo creado por vos y para vos.En este mundo que nos rodea la moral hipócrita, las injusticias, en que cientos de seres disfrutan pisando a quien esta a su lado, tan solo los valientes saldran a delante. Es tu momento, el mundo no cambiara si no lo hacen las personas.

Colgado#

Las cosas que se te pierden siempre están en el último lugar donde las buscas. Algo así dice esa frase. Pero no solamente aplica en las llaves, el control, el celular o la mochila. Aplica también en ese órgano que hace que funcione todo el cuerpo, el que bombea sangre y al que le hemos adjudicado el título de Portador de Sentimientos: el corazón. Ese pobre órgano lleva un peso grande encima. No sólo mantiene vivo al cuerpo sino que hemos creado la ilusión de que mantiene viva el alma, las emociones. De que se rompe cada vez que alguien nos lastima. De que sonríe cada vez que nos enamoramos. Por alguna razón necesitamos algo físico que nos ayude a entender lo que no podemos ver. Necesitamos hacerlo real de alguna manera.Habría sido interesante que hubiéramos escogido otro órgano al cual adjudicarle esos poderes y así tal vez en lugar de agarrarnos el pecho cuando nos duele algo emocionalmente nos agarraríamos otra cosa. En fin.
Ese órgano también parece que se nos pierde. Como las llaves, como la billetera, como el control. Pero está claro que no se pierde físicamente sino que se pierde cuando por varios motivos, no nos permitimos sentir. Después de que se rompió, se volteó, se lastimó, nos cuesta trabajo encontrarlo. ¿Mecanismo de defensa? Puede ser. ¿Terapia intensiva? Tal vez. ¿Apatía? En una de esas. Pero de repente, después de buscarlo por un tiempo, ahí está, donde menos lo esperamos. Lo encuentras cuando estás caminando un día cualquiera por un camino cualquiera en un momento cualquiera y sientes un leve salto en el pecho que te avisa que lo encontraste otra vez. El equivalente a encontrarnos el control de la tele adentro del refri. ¿Cómo llegó ahí? Quién sabe pero sería el último lugar donde buscaríamos. Y ahora sí, ya le puedes cambiar de canal.